Festival de Cine de Sitges 2015 – La traca final

Último capítulo de mi cobertura de Sitges 2015. Aquí la crónica escrita, en la que reflexiono sobre los aciertos y carencias del certamen, y bajo estas líneas el videoblog, en el que canto, bailo y voy vestido de mujer (a ver, no es tan ridículo como parece). Ya de paso, también recomiendo mis pelis favoritas y todo eso:

Festival de Cine de Sitges 2015 – Día 2 (sábado 10)

Segunda jornada de festival. Tal como prometí, este vídeo es más corto. Concretamente, diez segundos más corto. Menos duración pero mismo LOL; y más decadente todo también. Mi degradación física y mental sigue su curso a buen ritmo. Para el sexto videoblog, calculo que ya habré logrado que tengan una duración manejable y como bonus no se entenderá nada de lo que digo. Aquí la crónica escrita, y aquí la crónica en movimiento:

Festival de Cine de Sitges 2015 – Día 1 (viernes 9)

Primer día de festival. ¿Cinco minutos por vídeo? LOL. Evidentemente, va a ser que no. Es lo que pasa cuando no tienes tiempo para ensayar ni prepararte un guión que lo sintetice todo un poco, y además te lo estás pasando bien contando cosas. Aquí la crónica escrita, y aquí el videoblog (os recuerdo que las paridas que cuento en ambos formatos tienen cosicas diferentes):

Festival de Cine de Sitges 2015 – Día 0 (jueves 8)

¡Chavalada!, os aviso de que voy a ir colgando por aquí (al ritmo que pueda y me apetezca) los enlaces a mis artículos y vídeos de cobertura del Sitges 2015, Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Los artículos aparecerán publicados en la web del Diario de Venusville (en la que escribo habitualmente), y los vídeos estarán disponibles en mi canal de You Tube (siempre y cuando me aclare con el iPhone a la hora de subirlos, porque es la primera vez que intento hacer este tipo de mierda y soy un tarugo tecnológico de primer orden). Para abrir fuego, aquí os dejo mi clásico articulín previo de pelis imprescindibles, y el primer vídeo. Como de costumbre sólo digo chorradas, pero salgo bonico (¡Mirad qué pelazo, por favor!) y las digo con un salero innegable: