Me he comprado un exprimidor

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Reconozco que el de los exprimidores eléctricos es un territorio que nunca había hollado hasta ahora. Mis variopintas circunstancias vitales, además de una educación familiar basada en el ahorro y la cultura del esfuerzo, me llevaban siempre a acabar decantándome por el sacrificado pero fiable exprimidor manual. Desde hace cierto tiempo tengo uno de plástico en dos piezas, azul y transparente, que adquirí en un bazar oriental por el razonable precio de 1,5€, recomendación expresa del encargado del establecimiento, quien demostrando un conocimiento sobre el estrujado de cítricos sorprendente para alguien que regenta un negocio donde se venden mil artículos distintos (desde bombillas con la cara del Ratón Mickey hasta sombreros mejicanos), me desaconsejó el modelo de color verde del que yo me había encaprichado, usando un lenguaje acaso tosco pero que denotaba una mundología que me conquistó (“velde no… velde mal… asul eprime bien… asul putamadre”). Mi exprimidor de plástico azul/transparente es un artilugio austero pero que cumple correctamente la función para la que fue diseñado, y si mi consumo de zumo de frutas se hubiese mantenido dentro de los niveles habituales en mí, probablemente lo habría seguido usando sin ningún cargo de conciencia hasta el fin de mis días.

Pero ¡ay!, en tiempos recientes he descubierto diversas recetas de limonadas picantes y estoy completamente enganchado a ellas. De momento he probado dos versiones: la japonesa (con jengibre y wasabi) y la americana (con pomelo rojo y chile habanero). A la primera la llamo “limonada Hiroshima”, y a la segunda “limonada Alamogordo”, y cualquiera que las pruebe comprenderá el porqué. La respuesta más típica de mis comensales al degustar uno de estos brebajes atómicos es el estupor (“Ya no siento sed… solo dolor”, me dijo mi buen amigo Pere Clúa con los ojos zombificados), seguido por algún tipo de reacción estentórea como los gritos o el llanto. Sin embargo, al tercer trago aquello es como una droga que no puedes dejar (en la última cena que organicé en casa nos bajamos dos jarras de litro y medio entre tres personas). El caso es que, azuzado por los calores de agosto, estoy generando un volumen de limonada superior al que puedo asumir con mi exprimidor de 1,5€, pues al cabo de tres o cuatro minutos de trabajo me empieza a dejar dolorido el dedo central de la mano derecha y temo desarrollar una de esas lesiones típicas de los tenistas (que me reste soltura a la hora de dibujar o hacerme pajas); por lo tanto, he decidido abrazar la tecnología del siglo XXI comprándome un exprimidor eléctrico.

Como ya sabrán quienes me conocen, las soluciones fáciles en cuestión de adquisición de electrodomésticos no son mi fuerte, así que en vez de hacer lo que cualquier homo sapiens medio normal, que es irse a la tienda más cercana y adquirir el exprimidor que tengan de oferta, he llevado a cabo un concienzudo estudio de los pros y contras marca por marca y casi modelo por modelo, visitando páginas web y personándome en comercios diversos (El corte inglés, Kyoto, etc.) para asegurarme de hacer la elección correcta. Así, poco a poco he ido descartando toda la gama de Orbegozo (plástico demasiado frágil, asa incómoda…), Taurus (el modelo T-700 ofrece prestaciones interesantes, pero el depósito del zumo es opaco y la cabeza exprimidora parece complicada de limpiar), Bosch (su diseño me resulta demasiado inquietante), Ufesa (el EX 4935, además de tener poca potencia, parece la lámpara de Aladino) y Sogo (bastante caros por ser de metal, algo a lo que solo le veo utilidad si tuviera que ponerme a hacer limonada en la franja de Gaza), hasta que por fin he decidido convertirme en el satisfecho dueño de un Braun CJ 3000. Se trata de un exprimidor en plástico rígido blanco/transparente, perteneciente a la “Tribute Collection” de la marca alemana, que aúna calidad contrastada con un aspecto retro de corte setentero (ah, los 70… la edad dorada del electrodoméstico con enchufe de pared). Es pequeño, compacto, bonito (si ello es posible en un exprimidor), fácil de limpiar y guardar (cable enroscable), con un selector de pulpa de tres potencias y sin tapa, lo cual para mí era importante: no me gustan las tapas en los exprimidores, no quiero tocar plástico cuando exprimo, quiero mantener el contacto con la cáscara de la fruta, esa comunión íntima entre limón y ser humano que me retrotrae a épocas más inocentes y civilizadas, cuando todo (también las limonadas) era sencillo y puro.

Pues eso, gente, que me he comprado un exprimidor COJONUDO. 22,95€ en tiendas Miró.

Del libro al tablero: Una conferencia para acabar con todas las conferencias…

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En diciembre de 2013, como acto previo a las 2ª jornadas de juegos Dau Barcelona, su creador y máximo responsable Oriol Comas tuvo la ocurrencia de montar una serie de charlas en bibliotecas de la ciudad, contratando a diversos expertos en esa entelequia llamada «el mundillo de los juegos», para que tratasen temas varios ligando juegos y libros. La idea de base era cojonuda, pero el buen Comas cometió un error fatal: decidir que uno de los conferenciantes fuera yo.

Elegí como tema la relación entre literatura y juegos de rol, con el ocurrente título Del libro al tablero (finísimo estuve ahí), y básicamente me tiré hora y poco haciendo humor absurdo (con una capa puesta), diciendo chorradas a boca llena (y sin contrastar), enseñando fotos de culos, comparando a King Kong con David el Gnomo y repartiendo tortilla de patatas entre los asistentes, en una performance que tuvo más que ver con la sesión de un payaso de cumpleaños infantil (solo me faltó hacer cantar al público), que con una conferencia al uso. Al acabar, los asistentes coincidieron en que jamás habían visto nada igual y que, por desgracia, ya nunca podrían olvidar que lo habían visto. Yo creo que se volvieron más tontos después de escucharme.

Mi hamijo Antonio Aroca registró en vídeo dicha performance, que asegurará que mis conocimientos enciclopédicos y mi gilipollez congénita no se pierdan en el éter y puedan ser disfrutados por las generaciones venideras. Podéis ver la conferencia completa, por vuestra cuenta y riesgo, aquí debajo:

Superbowl XLIX

SEATTLE SEAHAWKS 24 – 28 NEW ENGLAND PATRIOTS

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En cierta escena de la película La chaqueta metálica (Stanley Kubrick, 1987), un personaje describe a otro diciendo “Bajo el fuego, Pedazo de Animal es una de las mejores personas del mundo. Sólo necesita a alguien que esté tirándole granadas el resto de sus días.” Algo así les ocurre a los actuales Seattle Seahawks, un equipo de talento inmenso pero de personalidad un tanto ciclotímica, que al parecer necesita verse contra las cuerdas para espabilarse y ponerse a jugar su mejor fútbol. Ayer, en la XLIX Superbowl, los Patriots tiraron una granada más de las que los Seahawks eran capaces de devolver, llevándose la victoria por un apretadísimo 28-24 prácticamente sobre la bocina. Tal como había discurrido el partido fue un desenlace lógico y justo, aunque en los minutos finales cualquier cosa pudo haber pasado, e incluso planeó por el estadio el fantasma de aquella “miracle reception” de David Tyree (reencarnado en el receptor de Seahawks Jermaine Kearse) que les colaron los New York Giants a los de Boston en la mítica final del 2008 (ésta).

Hace un par de semanas, durante la final de conferencia contra Green Bay Packers, Seattle ya demostró que es un equipo capaz de ganar partidos a base de táctica (es decir, la gestión de las situaciones de crisis a corto plazo) pese a verse ampliamente superado en estrategia (es decir, el “game-plan” general). En aquella ocasión los Packers fueron mejores durante 56 de los 60 minutos de partido, pero vieron como ese excelente trabajo se iba al traste en los 4 minutos restantes, cuando de repente Seattle procedió a pasarles por encima en casi todas las facetas del juego. No obstante, a un equipo campeón cabe pedirle algo más que testosterona y jugadas milagrosas, e intentar repetir el mismo truco de la victoria por la heroica ante Bill Belichick y Tom Brady, en una Superbowl, era ya demasiado ir con el cántaro a la fuente. Les podría haber salido bien, claro, porque pese a pasarse buena parte del partido viviendo en el alambre consiguieron llegar a la última jugada, el momento clave del match, con el balón y la situación justos para llevarse a casa el trofeo Vince Lombardi, y solo lo impidió el estrambótico play-calling de su entrenador: rifar la pelota en un pase cuando estaban a tres pasitos del TD y tenían en cancha a Marshawn Lynch, el mejor corredor de la liga, que llevaba toda la segunda mitad percutiendo contra la defensa de Nueva Inglaterra y masacrándola. El intento de pase dio lugar a una intercepción (ésta) y ahí se terminó el asunto.

De todos modos, incluso ganar el partido con esa jugada habría sido un poco de pantomima, porque los Seahawks tuvieron delante a un equipo que compensó a base de orden e ideas claras su (teórica) desventaja en técnica y fortaleza. Un equipo que lo mereció más. Posiblemente estos Patriots no sean mejores que estos Seahawks, pero desde luego juegan como nadie este tipo de partidos. Hasta en sus peores momentos de agotamiento físico y mental (mediado el tercer cuarto, perdiendo de 10 tras sufrir un parcial de 17-0), supieron tener paciencia y cabeza fría para seguir haciendo esa media docenita de cosas que llevaban todo el partido haciendo mejor que su contrincante: no perder de vista el reloj, mantener ataques sostenidos que movían el balón poco a poco pero sin parar aunque ello no se tradujese en puntos (descomunales Edelman y Gronkowski), y minimizar los pases cortos y medios del rival (Wilson, el QB de Seattle, solo funcionó realmente en bombas largas o cuando se puso a correr él mismo).

Los Seahawks, que no habían estado especialmente brillantes a lo largo de la velada salvo por un par de latigazos (el empate a 14 recorriéndose el campo entero en 30 segundos, y el arreón que los había puesto en +10 puntos), pero que tampoco habían cometido errores de bulto, empezaron a hacer el tarambana antes de tiempo, celebrando su victoria en la banda cuando aún quedaba un cuarto de hora por delante, relajándose en defensa y sobre todo cometiendo una penalización idiota (15 yardas por placar al portador del balón cuando ya estaba fuera del campo) que dio nueva vida a New England justo cuando atisbaba el borde del abismo. A partir de ahí, el “momentum” y la desesperación fueron cambiando lenta pero inexorablemente de bando, merced a un Tom Brady que puso en práctica la suficiente inteligencia emocional como para quitarse de la cabeza las dos intercepciones que había lanzado ya esa noche y llevar el ataque del equipo en volandas, una vez más. Como casi siempre durante los últimos 15 años. Total, entre unos y otros, cuando los de Seattle quisieron darse cuenta ya estaban de nuevo por detrás en el marcador, con dos minutos por jugarse. Hostias Pedrín, a remar. Una vez más se arremangaron para demostrar que son el mejor “clutch team” del planeta y rozaron el milagro. Literalmente. Pero contra Belichick y Brady rozarlo no suele ser suficiente.

En fin, otro titulito para los Patriots sin muchos «peros» que ponerle. Fue una final tosca pero tremendamente dramática, con héroes, villanos, giros argumentales sorpresa (ese gigantesco receptor rookie de los Seahawks, que eligió la Superbowl para pillar los tres primeros pases de su carrera, básicamente convirtiéndose en la referencia ofensiva de su equipo durante toda la primera parte) y un clímax de auténtico infarto. No cabe pedir mejor conclusión a una temporada que no será precisamente recordada por su brillantez futbolística (ni recuerdo la última vez que entraron en Play-Offs equipos con record de victorias negativo). En cualquier caso, una mala temporada de la NFL me sigue pareciendo mejor que una temporada media de cualquier otro deporte con pelota. Lo peor de ayer no fue tener que aguantar otra vez la sonrisa de teleñeco de Tom Brady. Lo peor de ayer es que ya no vuelve a haber más fútbol americano hasta septiembre…

Fargo: Cosas que ocurren donde nunca pasa nada

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Al principio de cada episodio de Fargo aparece en pantalla la leyenda “Ésta es una historia real. Los eventos mostrados tuvieron lugar en Minnesota en el 2005. A petición de los supervivientes, los nombres se han cambiado. Por respeto a los muertos, el resto se cuenta exactamente tal como sucedió”. Al igual que ya pasaba con la leyenda al principio del filme original de los hermanos Coen, es todo mentira. Sin embargo, ahí va una verdad: Fargo ha sido la mejor nueva serie de TV emitida durante el 2014. Sí, he visto True Detective. Repito: Fargo ha sido la mejor nueva serie de TV del 2014.

Fargo, que partía de una premisa como mínimo complicada (transformar en 10 horas de televisión una película de cien minutos que es sencillamente perfecta), tenía todos los boletos para convertirse en el desastre televisivo de la temporada; y sin embargo ahí la tenemos, no diré que superando al original (porque eso es imposible), pero sí que convertida en el mejor homenaje posible de sus modos narrativos, y en la mejor continuación imaginable no ya de aquella historia (con la que solo comparte algunas coincidencias tangenciales), sino del “feeling” que aquella historia transmitía. Fargo, la serie, pinta, suena y hasta diría que huele igual que Fargo, la película, lo cual en sí mismo ya es una proeza.

Pese a partir de un guión original, el show mantiene el mismo aroma que crearon los Coen a mediados de los 90 (aquí también hay un marido mediocre y calzonazos que la lía parda, una agente de policía campechana y avispada, y diversos asesinos de aspecto y maneras muy peculiares), y por supuesto la misma mezcla de thriller contemplativo, reflexión metafísica, humor negrísimo y situaciones estrambóticas. El primer episodio (pese a ser jodidamente excelente) deja la extraña sensación de estar reviviendo un sueño, porque uno no puede evitar comparar la trama y los protagonistas de ambas obras, y es como si todo encajara de manera diferente. Sin embargo, tras esa primera hora entiendes que no estás viendo un remake sino otra historia similar ambientada en el mismo «universo Coen», y a partir de ahí te relajas y es cuando empiezas a disfrutar como un cabrón.

Bañada en una cinematografía maravillosa, un ritmo milimétrico y unas interpretaciones pasmosas (Martin Freeman consigue hacer suyo el patrón establecido por William H. Macy en el filme original, Allison Tolman es una agente de policía a la que nunca te cansas de ver siguiendo pistas, y Billy Bob Thornton arma una de las mejores encarnaciones televisivas del mal que yo haya visto jamás), aderezado todo ello con un uso maestro de los flashbacks y las elipsis, Fargo no me ha parecido solo la serie sorpresa del año, sino la serie del año. Sin más.

Trailer de Fargo.

Beautiful Noise: La tormenta después de la calma

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Beautiful Noise es un documental sobre la historia del shoegazing (corriente del rock británico originada a principios/mediados de los noventa), en el que no se pronuncia ni una sola vez la palabra “shoegazing”, ejecutando así una pirueta narrativa similar a la de esas películas de zombies en las que nunca se dice la palabra “zombie” (o a El padrino de Coppola, en la que nunca se pronuncia la palabra “mafia”). Es un detalle menor pero no irrelevante, pues Beautiful Noise supone un arrebatado canto de amor a un subgénero musical que precisamente siempre quiso eludir las etiquetas y restarse importancia. Lo de “shoegazing”, que significa literalmente “mirarse los zapatos”, hacía referencia a que la mayoría de los músicos de esos grupos tocaban todo el rato con la vista pegada al suelo para irles dando a los pedales de distorsión de las guitarras. Esto, junto a sus poses estáticas, su actitud tímida e introspectiva y sus pelos largos y lacios que les tapaban la cara, dio lugar a una moda artística sin superestrellas ni apenas caras reconocibles, en la que lo importante no era idolatrar la figura del rockero “on stage” sino flipar con las canciones. Su frase de referencia fue “The scene that celebrates itself”, y eso ya lo dice todo.

La principal característica sonora del shoegazing eran las tormentas de distorsión guitarrera a todo trapo, bajo las cuales, no obstante, aún era reconocible la pureza y la sencillez de las melodías poperas de toda la vida (paradójicamente, la sensación que generaba en el oyente era justo la contraria: una calma inicial por debajo de la cual va creciendo un estado de euforia irrefrenable). Pese a su corta vida y su injusto olvido, ha sido posiblemente el movimiento musical más influyente del rock alternativo británico de los últimos 25 años, por contraste con el brit-pop que vino justo después, del que mucha gente se acuerda con añoranza pero que apenas dejó legado (y que en realidad tampoco generó demasiados nombres a tener en cuenta más allá de Blur y Pulp). En sus cuatro o cinco años de auge, el shoegazing parió una cantidad inusitada de bandas deslumbrantes: My Bloody Valentine, Slowdive, Catherine Wheel, Pale Saints, Ride, Galaxie 500, Lush, Chapterhouse, The Boo Radleys…

Beautiful Noise trata todo eso durante 85 minutos que se hacen cortísimos, y que dejan cierta sensación de que a su director Eric Green le ha faltado tiempo y presupuesto para explicar todo lo que quería (el documental tuvo que financiarse mediante crowdfunding, tras un parón de cinco años en su rodaje por falta de dinero). Aún así, lo que se cuenta es fascinante: se centra sobre todo en cuatro bandas seminales de la época (Cocteau Twins, My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain y Ride), y a partir de ellas traza un recorrido histórico-emocional por todo aquel movimiento, con multitud de clips, actuaciones en vivo y entrevistas tanto a los protagonistas de aquello como a músicos de otras tendencias (Robert Smith, Trent Reznor, Billy Corgan…) a los que en su día les explotó la cabeza escuchando maravillas como el Loveless de My Bloody Valentine, el Souvlaki de Slowdive o el Nowhere de Ride. En resumidas cuentas, altamente disfrutable para cualquier fan del ruido con criterio.

¿Una playlist de temazos shoegazing para acabar el artículo en nota alta? Venga, va, como esta entrada prácticamente estrena el blog, que no se diga que no soy un anfitrión atento: Playlist de «esenciales shoegazing».

PAMUNDI MUSIC AWARDS 2013, parte 4 (y última)

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Y con la lista de las 70 Tonadas, que podéis escuchar a piñón en esta playlist de Spotify (salvo por las ausencias de las tonadas 68/ My Bloody Valentine y 55/ Ex Cops) doy por finiquitados los PAMUNDI MUSIC AWARDS 2013. Gracias a todos por la atención dispensada, los «Me gusta» y los comentarios (y gracias también a Ceci Ramírez por sus estupendos banners). Nos vemos (o no) en los PAMUNDI MUSIC AWARDS 2014

70
Rob-Chloe Alper
Juno
https://www.youtube.com/watch?v=EwcZ0_5LVNQ

69
The Joy Formidable
This Ladder Is Ours
https://www.youtube.com/watch?v=Y_t4s-HX3z0

68
My Bloody Valentine
New You
https://www.youtube.com/watch?v=Krk0Cn2DxAA

67
Childish Gambino
V. 3005
https://www.youtube.com/watch?v=tG35R8F2j8k

66
Icona Pop
On a Roll
https://www.youtube.com/watch?v=1Jy3hrlTaIw

65
Daft Punk
Instant crush (ft. Julian Casablancas)
https://www.youtube.com/watch?v=a5uQMwRMHcs

64
Fidlar
Cheap Beer
https://www.youtube.com/watch?v=BB8z08_8uhM

63
Suede
Hit Me
https://www.youtube.com/watch?v=H1FKJSgEoBQ

62
Pelican
Perpetual Dawn
https://www.youtube.com/watch?v=2CWngJMbulw

61
Katy Perry
Roar
https://www.youtube.com/watch?v=CevxZvSJLk8

60
Bibio
Á Tout a L’heure
https://www.youtube.com/watch?v=XofNbkTkuP8

59
Applescal
Wise Noise On Time (ft. Lanny May)
https://www.youtube.com/watch?v=_X0bqErl0oA

58
Chloe Howl
How Proud
https://www.youtube.com/watch?v=iifHReYsSgw

57
Robin Thicke
Blurred Lines (ft. T.I. and Pharrell)
https://www.youtube.com/watch?v=yyDUC1LUXSU

56
London Grammar
Wasting My Young Years
https://www.youtube.com/watch?v=pkeDBwsIaZw

55
Ex Cops
Ken
https://www.youtube.com/watch?v=HgRil7yidDg

54
Quadron
LFT
https://www.youtube.com/watch?v=KRh16SpKXiE

53
Foxygen
In The Darkness
https://www.youtube.com/watch?v=hVklli_N-WA

52
L’Hereu Escampa
La Feram
https://www.youtube.com/watch?v=h4dcRkTTBQA

51
Julia Holter
Maxim’s I
https://www.youtube.com/watch?v=7paoM2cghjI

50
Thee Oh Sees
Minotaur
https://www.youtube.com/watch?v=aeD3-sdGf1c

49
Arctic Monkeys
Do I Wanna Know?
https://www.youtube.com/watch?v=bpOSxM0rNPM

48
The White Mandingos
My First White Girl
https://www.youtube.com/watch?v=3RFpVzevVL8

47
Rudimental
Feel the Love (ft. John Newman)
https://www.youtube.com/watch?v=oABEGc8Dus0

46
The Range
Metal Swing
https://www.youtube.com/watch?v=L0dxWGvMUpc

45
Toro Y Moi
Say That
https://www.youtube.com/watch?v=gGmfOsdla2Y

44
Cuello
Mosquetero Débil Cisne
https://www.youtube.com/watch?v=xNJgUbihFxA

43
Lorde
Royals
https://www.youtube.com/watch?v=LFasFq4GJYM

42
Vampire Weekend
Diane Young
https://www.youtube.com/watch?v=oG6lTQNW04I

41
Cage The Elephant
Come A Little Closer
https://www.youtube.com/watch?v=KVYup3Qwh8Q

40
Future Of The Left
How To Spot A Record Company
https://www.youtube.com/watch?v=tH27BGHgpK4

39
Anamanaguchi
Meow
https://www.youtube.com/watch?v=vc3JWo2iiGc

38
Sky Ferreira
I Blame Myself
https://www.youtube.com/watch?v=pWo7SC-tG4U

37
Chvrches
Lies
https://www.youtube.com/watch?v=PjVmKAud9hE

36
John Newman
Love Me Again
https://www.youtube.com/watch?v=CfihYWRWRTQ

35
Neko Case
Man
https://www.youtube.com/watch?v=unNa-9qGkfI

34
Mikal Cronin
Weight
https://www.youtube.com/watch?v=0S2eTV2v3V0

33
Manel
Teresa Rampell
https://www.youtube.com/watch?v=LMiqw-EvDB0

32
The National
Graceless
https://www.youtube.com/watch?v=Jpz_gUyImhw

31
Jon Hopkins
Open Eye Signal
https://www.youtube.com/watch?v=Q04ILDXe3QE

30
Chelsea Wolfe
We Hit a Wall
https://www.youtube.com/watch?v=0wdxTyBTwjU

29
Da Mafia 6ix
Go Hard (ft. Yelawolf)
https://www.youtube.com/watch?v=7uH8v8P8SMg

28
Fangoria
Dramas y Comedias
https://www.youtube.com/watch?v=2mVZvFZSCy4

27
James Blake
Retrograde
https://www.youtube.com/watch?v=6p6PcFFUm5I

26
M.I.A.
Come Walk With Me
https://www.youtube.com/watch?v=bSt2165qEYg

25
Youth Lagoon
Mute
https://www.youtube.com/watch?v=mSXyr6im7kk

24
Buke and Gase
Houdini Crush
https://www.youtube.com/watch?v=d-vZEShtlJE

23
Janelle Monáe
Dance Apocalyptic
https://www.youtube.com/watch?v=eaMBagakSdM

22
Savages
She Will
https://www.youtube.com/watch?v=kebq-cENNn0

21
Young Galaxy
New Summer
https://www.youtube.com/watch?v=Rw7cCB7v5W4

20
Low
Just Make It Stop
https://www.youtube.com/watch?v=5rAdzJ1U0RU

19
Queens of the Stone Age
My God Is the Sun
https://www.youtube.com/watch?v=iFca32_7YUU

18
Iceage
In Haze
https://www.youtube.com/watch?v=T7GnUq40NtU

17
John Grant
GMF
https://www.youtube.com/watch?v=ekFWPsXXcg0

16
Nick Cave & The Bad Seeds
Jubilee Street
https://www.youtube.com/watch?v=xCxHvNl9MmQ

15
Phoenix
The Real Thing
https://www.youtube.com/watch?v=M_hkBVco894

14
Deafheaven
Sunbather
https://www.youtube.com/watch?v=ylTY9WbMGDc

13
Disclosure
White Noise (ft. Aluna George)
https://www.youtube.com/watch?v=bkk2H3Ztrfk

12
Kanye West
Bound 2
https://www.youtube.com/watch?v=BBAtAM7vtgc

11
Fuck Buttons
Hidden Xs
https://www.youtube.com/watch?v=47C9K9IEjMg

10
Janelle Monáe
Q.U.E.E.N. (ft. Erykah Badu)
https://www.youtube.com/watch?v=tEddixS-UoU

9
Pet Shop Boys
Love Is a Bourgeois Construct
https://www.youtube.com/watch?v=s7w0eqUBp3c

8
Colin Stetson
To See More Light
https://www.youtube.com/watch?v=waOadovNnno

7
Arcade Fire
Reflektor
https://www.youtube.com/watch?v=7E0fVfectDo

6
Vampire Weekend
Step
https://www.youtube.com/watch?v=_mDxcDjg9P4

5
The Knife
A Tooth For An Eye
https://www.youtube.com/watch?v=W10F0ezCTIQ

4
Beyoncé
XO
https://www.youtube.com/watch?v=3xUfCUFPL-8

3
Fuck Buttons
The Red Wing
https://www.youtube.com/watch?v=SPukZ0IDkAo

2
Phosphorescent
Song for Zula
https://www.youtube.com/watch?v=ZPxQYhGpdvg

1
Daft Punk
Get Lucky (ft. Pharrell Williams)
https://www.youtube.com/watch?v=h5EofwRzit0

PAMUNDI MUSIC AWARDS 2013, parte 3

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Queens of the Stone Age
…Like Clockwork

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Youth Lagoon
Wondrous Bughouse

https://www.youtube.com/watch?v=a5F3zgl3-xo

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Deafheaven
Sunbather

7-13-Phosphorescent7
Phosphorescent
Muchacho

6-13-Tim Hecker6
Tim Hecker
Virgins

5-13-Janelle Monáe5
Janelle Monáe
The Electric Lady

4-13-Vampire Weekend4
Vampire Weekend
Modern Vampires of the City

https://www.youtube.com/watch?v=bkvMeGl9bpc

3-13-Daft Punk

3
Daft Punk
Random Access Memories

2-13-The Knife

2
The Knife
Shaking the Habitual

1-13-Fuck Buttons1
Fuck Buttons
Slow Focus

PAMUNDI MUSIC AWARDS 2013, parte 2

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20-13-Pet Shop Boys20
Pet Shop Boys
Electric

19-13-Chelsea Wolfe19
Chelsea Wolfe
Pain is Beauty

18-13-Mikal Cronin18
Mikal Cronin
MCII

17-13-Touché Amoré17
Touché Amoré
Is Survived By

16-13-The National16
The National
Trouble Will Find Me

15-13-Iceage15
Iceage
You’re Nothing

14-13-Future of the Left14
Future of the Left
How To Stop Your Brain in an Accident

13-13-Future of the Left13
Beyoncé
Beyoncé

12-13-My Bloody Valentine12
My Bloody Valentine
mbv

https://www.youtube.com/watch?v=QPZJkgA_HZs

11-13-Savages11
Savages
Silence Yourself

PAMUNDI MUSIC AWARDS 2013, parte 1

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INTRO
¡Aaaaaay que te cojooooooo… hoooola hermosuras! Si esto es febrero del 2014, significa que ya toca ir celebrando la VII edición de los PAMUNDI MUSIC AWARDS, ese faro de CRITERIO que os alumbra el camino hacia la arcadia del buen gusto musical, liberándoos de la tiranía de la radiofórmula, el papanatismo hipster (“A mí me gusta lo que dice Pitchfork”) y el inmovilismo trogloditarl (“Yo me quedé en el Sultans of Swing de Dire Straits”). Desde el otro lado del teclado, puedo notar vuestro alivio.

 Como ya sabéis de sobra, los PAMUNDI MUSIC AWARDS son mis listas particulares de los que considero mejores álbumes y tonadas del año recien acabado. La lista de álbumes incluye 20 entradas, mientras que la de tonadas es de 70. ¿Por qué 20 y 70? Joder, cada año estamos igual. Preguntádselo al de al lado.

Mis fuentes musicales, igual que siempre, han sido páginas web como Popmatters, Consequence of Sound, Tiny Mix Tapes, The Wild Honey Pie, Stereogum, Pitchfork, Uncut, Any Decent Music, NME, Spin, Paste, Mojo, Hipersónica, Jenesaispop o The Needle Drop, además de revistas en papel como Mondo Sonoro o Rockdelux. En este 2013 he batido una vez más el record del año pasado y, frente a los 180 álbumes que escuché entonces, esta vez he llegado a los 230 (casi tres cuartas partes de ellos entre los meses de octubre y diciembre).

Pues eso, chiquillería, que empiezan los PAMUNDI MUSIC AWARDS 2013. Abro fuego con un post a modo de resumen de lo que me ha parecido el año musical. Enjoy!

Pawards-2013(1)

Dejémonos de zarandajas y discursos gastados sobre la fertilidad creativa en tiempos de crisis y sobre el poder reivindicativo del pop: a un nivel puramente musical, a mí el 2013 me ha parecido un año más bien tontito. Como de costumbre, en 365 días se edita mucha matraca, y la cosecha siempre da de sí lo suficiente como para confeccionar una lista de 20 discos cojonudos; pero si esta vez me he cascado tantísimos álbumes más que el año pasado, sospecho que también ha sido porque me he visto obligado a tener que escarbar más en busca de las trufas. Pocas cosas me han sorprendido o entusiasmado (Fuck Buttons, The Knife…), unas cuantas me han decepcionado profundamente (Arcade Fire volviendo a su versión más plomiza, Kanye West convirtiendo en un chiste su gusto por las distorsiones de voz…), y la mayoría me han producido indiferencia o tedio (no entiendo qué tienen de especial Chvrches o Sky Ferreira, más allá de dos o tres canciones pegadizas).

TENGO UNA NOTICIA BUENA Y UNA MALA.
LA BUENA NOTICIA ES QUE…



Quizás, entre lo positivo que ha deparado el año, lo más vistoso haya sido la publicación por sorpresa del disco homónimo de Beyoncé. Apareció en diciembre sin ninguna promoción más allá del boca a boca de los fans, logrando un descomunal efecto bola de nieve en las redes sociales y descolocando durante unos días al resto del negocio musical. Una jugada de «anti-márqueting» viral tan inesperada como magistral. Lady Gaga, a quien nadie hizo demasiado caso pese a la llamativa promoción de su nuevo álbum Art Pop (aburrido y hortera en el mal sentido), debía de estar en casa royéndose los sostenes de envidia. El hecho de que, además, Beyoncé sea el trabajo musicalmente más maduro de toda la carrera de la Knowles, la distancia ya de manera definitiva de cualquier competencia posible. Aquí manda ella. Bueno, manda ella… con permiso de Janelle Monáe, la única que no solo la iguala en carisma y dominio escénico, sino que la supera a nivel de ambición musical. Su The Electric Lady es la secuela casi perfecta al The Archandroid con el que debutó hace dos años, y la confirma (si es que hacía falta) como lo mejor que le ha pasado al pop mainstream desde que Michael Jackson cambió de plano de existencia.

Hablando en términos generales, la música electrónica le ha pasado la mano por la cara al rock y al pop de guitarras (solo hay que ver los primeros puestos de la mayoría de listas de mejores del año), gracias a obras mayores como el Slow Focus de los Fuck Buttons (menos abrasivos pero igual de demoledores e intensos que siempre), el eclécticismo sonoro bien asimilado del Shaking the Habitual de The Knife, los ambientes fantasmagóricos del Virgins de Tim Hecker o el buen gusto bailable de unos Daft Punk que con Random Access Memories han sido recuperados para la causa, firmando además la que sin duda es la canción del año, Get Lucky (un clásico instantáneo, en una época en la que casi todo se mastica, se traga y se olvida a los diez minutos).

Aparte de esto, el 2013 ha visto un inusitado nivel de buena música por parte de artistas veteranos de los que no se esperaban noticias. Al menos a mí me ha dejado de piedra (nunca mejor dicho) que Queens of the Stone Age facturasen con …Like Clockwork no solo su mejor disco, sino el mejor disco de hard rock del año. Igualmente notable ha sido el estado de forma demostrado por Pet Shop Boys (Electric son posiblemente los 49 minutos de música más pegadizos que han compuesto en una década), Suede (que con Bloodsports han vuelto a lo que saben hacer mejor), David Bowie (aunque su voz ya no es lo que era, a nivel compositivo The Next Day es un “quien tuvo, retuvo” bastante notable), o My Bloody Valentine, que han cruzado el túnel del tiempo para firmar mbv, una continuación tan coherente de Loveless que nadie diría que ambos han sido grabados con 20 añazos de diferencia.



…Y LA MALA NOTICIA ES QUE…

Hasta los fans irredentos deberían reconocer que algunos de los álbumes más esperados del año no han estado a la altura de las expectativas. Esto ocurre siempre, sí, pero en el 2013 el debate al respecto ha sido especialmente animado. Que Phoenix han patinado con su Bankrupt!, que MGMT han confirmado que no volverán a componer temas de la redondez de Time to Pretend o Kids, o que Autechre y Boards of Canada se han cascado dos de los discos más soporíferos de sus respectivos catálogos, es algo que poca gente discute. Más divergencia de opiniones han generado The National (personalmente Trouble will Find Me me gusta, pero creo que está lejos de la excelencia de High Violet), o los ya mencionados Arcade Fire (Reflektor es un disco en general muy autocomplaciente, por parte de una banda que cuando es buena es muy buena, pero que cuando se cree por encima de su música suele caer en el “overacting and underwriting”; al menos el single que da título al álbum es fantástico).



Mención aparte merece Yeezus, el CD publicado por Kanye West en 2013, del que me gustaría decir cuatro cosas (literalmente): 1) Estoy harto de sus gorgoritos con el auto-tune, me parece un recurso cansinísimo ya, que me arruina por completo algunas canciones (Hold my Liquor, Blood on the Leaves…); 2) Estoy harto de las letras en las que, básicamente, se dedica a airear su vida privada rollo «Sálvame de Luxe» versión hip-hopera (cuando se pone así me aburre); 3) Estoy MUY harto de que utilice la palabra «bitches» de manera genérica para referirse a las tías, y de que haya tanto fan tontolaba que se lo aplauda (cuando se pone así me cabrea); y 4) Valoro la voluntad experimental que West ha demostrado en Yeezus, pero la experimentación por la experimentación no basta, y su disco, con algunas excepciones (Black Skinhead, Bound 2…) me parece machacón, demasiado largo y por momentos ridículo.

Hale, eso es todo lo que os quería explicar. En el siguiente post empezamos con la primera parte de la lista de los 20 DISCAZOS (puestos 20 al 11), luego seguiremos con la segunda parte (puestos 10 al 1), y finiquitaremos el asunto con la lista de las 70 TONADAS. Empiezan los PAMUNDI MUSIC AWARDS 2MIL13: disfrutadlos, compartidlos, comentadlos…



“Avanza el disco y parece que va a pasar algo, pero no. No ocurre nada y lo único que queda es un recetario de melodías subyugadas por el melodrama y parches de pop y folk que deberían llevar impresa esa leyenda de ‘dramatización’ que aparece en los anuncios de lavavajillas. Las canciones al servicio del estilo, y no a la inversa, que es como debería ser.” – David Moran, en su reseña para Rockdelux del álbum Let’s be Still de The Head and the Heart.